HONESTIDAD




Leyendo el blog de Gwyneth Paltrow, sí, el blog de Gwyneth Paltrow (www.goop.com), me encontré con un artículo que me mandó mi hermana hace algunos meses sobre la honestidad.

En ese momento estaba pasando un momento difícil en mi vida matrimonial. Más bien, sigo pasando un momento, ya no tan difícil, pero sí complicado en mi vida de pareja. Y al leer dicho artículo, me cayeron algunos veintes y hoy he sentido la necesidad de releerlo.

Comparte un artículo del Dr. Habib Sadehi en donde explica que los sentimientos que enterramos vivos nunca mueren. Especialmente el miedo. Nos dice que las mentiras provienen del miedo, que es el resultado de situaciones complicadas, traiciones o decepciones.

Esta deshonestidad empieza con el Ser, en principio somos deshonestos con nosotros mismos, cuando no podemos reconciliarnos con una experiencia traumática, simplemente porque no soportamos sentir el dolor de dicha experiencia. Preferimos vivir a largo plazo incómodos en lugar de encarar los sentimientos que un hecho doloroso pueda traer.

No somos deshonestos para cuidar los sentimientos de otras personas, eso es parte de la mentira que nos hemos contado para hacerlo más fácil. Mentimos porque nos estamos protegiendo a NOSOTROS, al dolor que podemos sentir al ver sufrir al otro por nuestra causa, o hasta por el autojuicio que nos brote.

Es muy complicado ser honesto. Es muy complicado aceptar sentimientos (sobre todo cuando son negativos) ante nosotros y mucho más ante otras personas. No es nada placentero sentir dolor. Ni hacer sentir dolor a alguien más. Es muy difícil encontrar la diferencia entre la autocompasión y el dolor real. 

¿Qué sucede cuando por más que racionalmente queremos dejar de sufrir seguimos hurgando en la llaga emocional? ¿Cómo podemos dejar de hacernos daño intencionalmente?

Hoy después de meditar mucho sobre este asunto, llegué a la “brillante” conclusión que tengo demasiado tiempo libre en mis manos y que por eso estoy regresando a clavarme el cuchillo una y otra vez. Y, de repente, me acuerdo de este artículo y me sorprende darme cuenta que ESO ES UNA MENTIRA. No importa si tienes tiempo de sobra o eres la persona más ocupada del mundo: cuando no has terminado de sentir lo que te corresponde, nunca vas a dejar de sufrir. 

Esto me resulta bastante triste y aún más cansado. Las personas, lo único que queremos es “dejarlo ir” ... Let it go... Y si, es un buen comienzo cuando se trata de nimiedades, de situaciones de la vida diaria que permitimos nos empañen los momentos buenos. Enojos tontos y egos heridos.

Pero ya no resulta tan sencillo “dejarlo ir” cuando es tu alma la que exige su momento. Cuando tus fibras más sensibles y tus miedos más profundos han sido trastocados y te han dejado un poco en carne viva. Cuando sientes que “ya la brincaste” y de repente el más mínimo detalle te sorprende removiéndote todo el mugrero otra vez.

¿Cómo logras realmente sanar? El Dr. Habib Sadehi nos propone un ejercicio que me pareció realmente sencillo y atractivo:

Buscar privacidad y tranquilidad. Prender una vela blanca y con reloj en mano escribir durante 12 minutos todo lo que te salga en ese momento. Rabia, enojo, tristeza, ganas de matar a alguien, miedo, etc., todo lo que nos cuesta trabajo sentir, lo que nos da miedo aceptar que sentimos. Escríbelo durante 12 minutos y al terminar NO LO LEAS, acabamos de sacar un buen de energía negativa, de nada sirve regresarla a nosotros. En un lugar adecuado, quemar estas hojas con la vela blanca que prendimos. Este ejercicio nos puede ayudar a ser realmente honestos con nosotros a la vez que nos descargamos de emociones que tenemos atoradas.

Otra amiga, me aconsejó algo parecido. Durante 7 días buscar un momento en tu día, en donde puedas “dejarte caer”. Este será el momento dedicado a la autocompasión y al dolor por completo. Llora, grita, jálate los pelos. Has lo que tengas que hacer para sacar, por este día, esos sentimientos y esos recuerdos que te torturan. Intenta, una vez terminado tu tiempo (tú decides cuánto, pero creo que vienen bien 12 minutos.. jajajaa), seguir tu día en la conciencia de que tu ego tuvo su momento de protagonismo. Trata de estar lo más feliz posible, de tener pensamientos positivos y de no acercarte a recuerdos que te hagan sufrir. Al otro día vas a repetir exactamente lo mismo, si es posible a la misma hora que el día anterior y así sucesivamente hasta que se cumplan los 7 días.

La verdad, yo no he hecho ninguna de las dos cosas, pero creo que puedo empezar por darle rienda suelta a mi pluma, a ver si encuentro alguna manera de sacar lo que traigo atorado. Creo, sé por dónde anda mi respuesta, simplemente me ha resultado muy difícil hacerme responsable de mis emociones y de mi gusto por sentirme víctima.

¿Qué les parece si hacemos este par de ejercicios? Quién sabe, tal vez sean bastante eficientes y logremos, ser un poco mejores personas que ayer.

Comentarios

Ale Salazar ha dicho que…
Yo he hecho un ejercicio parecido al de la vela y escribir. Sorprendente lo mucho que sirve!
Te quiero con todo el corazón. Sabes que estoy contigo siempre :)
Unknown ha dicho que…
Por andar de mitotero me encontré con tu blog y oh sorpresa leer "Honestidad" que a veces es difícil serlo con uno mismo, mucho mas cabrón con los demás ... siempre es bueno sacar la chucata que traemos dentro y tratar de que no se nos llene el disco duro de babosadas, miedos, rencores...
ánimo.

Mauro
Mariana Salazar B. ha dicho que…
Gracias hermanita del alma! Te amo...

Gracias Mauro, por andar de mitotero y dejar tu comentario...

Entradas populares