IMPOSIBILITADA

¡Híjole!, hace tanto que no escribía que ya ni me acordaba de mi contraseña... qué vergüenza...

No quiero dar excusas, pero es la verdad, me siento totalmente cambiada por la maternidad... no es cuestión de tiempo, Emilia es una bebé prefecta, duerme toda la noche, juega sola en su cuna, no llora, no es necia...

Simplemente mis pensamientos se han reducido a leche en fórmula, papillas, cereales, vacunas, pediatras, pañaleras, biberones.... etc, etc, etc.... es horrible lo estrecho que se ha vuelto mi mundo.... jajajaa.... ¿será una etapa?

No sé, es algo muy raro. De verdad que antes me pasaba la cosa más simple y mi mente volaba pensando en algo que podía escribir; ahora, por más que me siento en la computadora no se me ocurre nada de nada...

Es como si todo lo que pasa en tu vida lo sintieras tan poco importante comparado con el milagro de ver a tu hija sonreír. Y la verdad es que no quiero escribir sólo de bebés y pañales cagados... ya suficiente tengo con hablar y pensar en eso todo el día, definitivamente no lo quiero dejar plasmado en mi blog... and yet again I´m writting about it... ¿ven? Es imposible escapar del hechizo de ser mamá.

¿Y si me lo sacara del sistema de una vez? ¿Me permitirían ser lo más cursi que puedo ser? Igual y si ya escribo de lo que "no quiero escribir" me desbloqueo y empiezo a ver la vida como un ser independiente. Haremos el intento.

Y aquí les va mi retaíla...

Al parecer es algo tan fácil de lograr. Al parecer basta con tener sexo sin protección en los días clave y ¡bum!, te embarazas. Al menos así les sucede a millones de personas en el mundo. Y sin embargo, es tan milagroso el hecho de procrear. Hay tantas variables que tienen que estar en su sitio, tanto que tiene que coincidir. Y no nos damos cuenta del verdadero valor de la reprodución. Del milagro de dar vida.

Me maravilla el hecho de que nuestros cuerpos sean taaaan perfectos que tengamos la característica de llevar vida, de alimentar a un ser indefenso.

Y luego ese ser llora, se queja, se ríe, come, requiere de atenciones y cuidados. Y ese bebé tan pequeño tiene una personalidad, un alma, una mente. Y soy responsable de formar, cuidar, enseñar, alimentar y amar a esa persona.

Y los sentimientos que tienes después de tener un hijo (no importa si es biológico o no)... es increíble lo que puede llegar a sentir el ser humano. Hoy por hoy, me levanta Emilia con una sonrisa y un pañal cagado y me muero de la alegría cada vez que me asomo a su cuna y la veo emocionarse al verme... ¡a mí!. Para ella soy una de las personas más importantes de su mundo... ¡glup!, no tiene idea la pobre... jaajajaa

Es indescriptible lo que siento, inmenso, mágico, abrumador...

Y bueno, yo sigo aquí escribiendo lo increíble que es ser madre.... ya me quiero ver en tres horas (sí, leyeron bien, tres horas) cuando se despierte Emilia y tenga que pararme a sentirme inmensa, mágica y abrumadora....