NEURONAS FRITAS

¡Hijole! Siento como si hubieran pasado millones de años, no puedo creer que mi último escrito es de hace 3 semanas... estar embarazada me ha cambiado mucho, sobre todo mi nivel de creatividad... me he vuelto un plátano aguado... jajajaa... ¿no me entienden? Imagínense un plátano aguado, como que no tiene chiste, no tiene personalidad... jajajaaa... pues así me siento yo. Todas y cada una de mis neuronas se me han ido a la panza (creo que por eso se explica el tamaño tan inmenso que tiene).


Una de las consecuencia más impactantes de este estado es que te vuelves una inútil mental. No es que yo haya sido brillante, pero por lo menos podía sumar. Ahora cada vez que quiero sacar una cuenta, ya sea para pagar en un restaurante, la propina, o lo que sea que conlleve un poco de matemáticas (y ni siquiera algo complicado como una división, o la tabla del 9) definitvamente me es tan difícil como subir al monte Everest.


No estoy bromeando, no se si alguna de ustedes que ha estado embarazada me entienda, pero sinceramene espero que esto pase una vez nacida Cleta (que en realidad se llama Emilia), porque si no es así creo que tendré que vivir pegada a una calculadora.


Y no solo son las matemáticas, le hablo por teléfono a Jerry para preguntarle algo, me contesta, nos saludamos y nos quedamos callados. "¿Qué querías mi amor?" Me pregunta. "Mmmmm.... ¿yo te hablé?" Le contesto. Y se ataca de la risa. Se me olvida, puff, se me disuelve en la mente lo que quería hacía menos de 1 minuto.

Fuera de esas pequeñas cositas que me pasan, estoy feliz, la panza creciendo, las bubis creciendo, Cleta creciendo y moviéndose cada vez más. Seguramente va a ser una niña muy activa. Jerry me derrite porque cada vez que puede compra un libro más sobre educación y desde ahora los está leyendo, comentamos algunos puntos y como toooodos los papás primerizos nos juramos y perjuramos que nosotros no vamos a maleducar a nuestros hijos, jajajaaaa.


Todo ha transcurrido en calma, un embarazo normal, lindo y lleno de ilisiones. Acabamos de ir a Los Angeles a comprar las cositas para Cleta y nos volvimos locos, creo que hasta podría poner una vendimia de ropa de bebé... jajajajaa....


Pero lo voy a disfrutar porque es la primera, vivo en la inocencia total de como voy a ser como madre y cómo va a ser mi hija y así lo quiero disfrutar, como en una nube rosita llena de biberones y ositos de peluche.

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