LA MAMÁ DE LOS POLLITOS
Híjole, estoy super oxidada en esto de la escritura... ya pasó año y medio desde que escribí el último post, así que tenemos que ir acostumbrándonos a estar juntos otra vez...
Pues, bueno, creo que necesito hacer una rápida recapitulación de mi vida en este tiempo... fácil, tengo otro hijo... se llama Joaquín y tiene 8 meses... con eso resumo casi todo... ¿triste? Mmmmm..... eso es de lo que quiero escribir hoy...
Cuando nació Emilia, mi primera hija, hace 3 años, nunca me imaginé sentir algo así... estaba literalmente en las nubes, todo me parecía hermoso de ser madre (si, hasta el pañal cagado a las 3am)... cuidarla, darle pecho, bañarla, cambiarle los pañales, ya saben, tooooodo.
Bueno, pues ahora que nació Joaquín todo lo que cacareaba de que yo era la "reina madre" y que mis chicharrones tronaban al son que yo les pusiera, se fué a la m....
La verdad es que Joaquín es un niño lindo, risueño, cariñoso, sano... pero al fin y al cabo, es hoooombre... todo el día quiere atención, se enoja cuando le quitas el blackberry de la mano (ya pasó de moda el control de la tele), nada más le abro el pañal y su manita se va directo a los "destos"... ahi, no, chistosísimo..
Es tan diferente ser mamá de un hombre y todavía es más diferente ser mamá de dos hijos. A veces lo pienso y no lo puedo creer, ¿en qué momento me pasaron dos embarazos, dos partos, dos baby blues?. Y todavía me siento tan inmadura, tan niña.
Pero lo que realmente me ha sorprendido, es cómo te cambia la vida ser madre. Es que me tiene impactada. Como que con Emilia no lo sentí mucho, no me importaba quedarme en la casa a cuidarla, se podía caer el mundo a mi alrededor y yo feliz. Ahora me pasó justo lo contrario: no aguantaba estar en la casa, me daban ganas de salir aunque fuera a las escaleras de mi edificio. Qué impactante necesidad me entró de estar sola, con mis pensamientos, con mi facebook, con mis libros. Me sentía ahogada, que no me alcanzaban las horas del día para hacer nada, que por más que me echaba polvos y sombras me veía exactamente igual de fea que sin ellos.
Y Gerardo, mi esposo, entrando y saliendo, con miles de actividades en su agenda, cenas, comidas, entrenamiento para el maratón de Chicago, que si se metió al grupo de estudio de no sé qué, que si la asociación de ayuda al no se quién... ¡Ay no! ¡Y yo aquí encerrada con dos chamacos!
Mi ginecólogo tiene una frase (muy poco apropiada para un ginecólogo) que dice: "La paternidad es un acto de fé". Y si, sí que lo es, los hombres nada más esperan en dios que sus espositas no les dejen el changarro tirado uno de estos días para irse a Australia. ¡Qué joder! Tengo ganas de ser frívola otra vez.
Comentarios
¡MUCHAS felicidades por tu segundo enano! Vaya que es una sorpresa.
Mándale un abrazo a Jerry de mi parte y un beso para ti.
¡Sigue escribiendo, por favor!