MADRES E HIJAS
Antes de tener hijos me acuerdo que alguien me preguntó si pensaba que era más difícil educar a un hombre o a una mujer.
Sinceramente, no recuerdo qué contesté y mucho menos me acuerdo qué era lo que pensaba en ese momento al respecto. Y, la verdad no tengo idea qué pensar al respecto el día de hoy.
Estoy pasando por un momento como madre para el cuál no te prepara nada ni nadie. Tengo una hija de tres años que tiene la capacidad de sacarme de mis casillas de una manera impresionante, infalible e inmediata. En la superficie, pienso que es normal y que todos pasamos por este momento con los hijos, que es lo que llaman "la primera adolescencia", que es porque dejó el chupón, porque tiene sueño y todas esas cosas, pero en el fondo me da una terrible tristeza ver cómo la relación con mi hija poco a poco va tornándose en un intercambio de energía negativa. ¡Y eso que sólo tiene tres años!
No sé si todos debamos pasar por algo así con nuestros hijos, pero lo que me ha quedado claro hoy es que YO TENGO EL PODER DE DECIDIR CÓMO ME SIENTO AL RESPECTO. Tengo el poder de decidir ante cada berrinche, cada contestada, cada vez que me reta.... es tan difícil y a la vez tan sencillo hacer esto. De verdad me sorprende lo que puedo llegar a querer hacerle cada vez que se "pone loca".
Obviamente no tengo las respuestas a todos los problemas a los que me voy a enfrentar en un futuro con mi hija, lo único de lo que estoy segura es que no estoy dispuesta a entrar en un torbellino de emociones (que aparte apenas comienza), sólo porque "le pasa a todo el mundo". Me niego a tener una relación basaba en manipulaciones, actos pasivo-agresivos, juegos de poder. Quiero poder abrazar a mi bebé sin que una de la dos esté llorando, quiero reírme con ella, jugar con ella, que ella sepa que es libre para vivir su vida, siempre y cuando sea respetuosa, quiero tener la capcidad de ser firme sin tener que gritar todo el tiempo y, más importante, sin tener que estar enojada.
¿Será posible? Quiero cortar con el círculo en el que venimos viviendo la humanidad, las madres y las hijas, los padres en general con sus hijos. Debe haber otra manera de hacer las cosas, me niego a pensar que yo "tenga" que "sufrir" a mis hijos. Me niego a rendirme ante un berrinche, o ante 10,000.... me niego a ser esa persona que sólo sabe regañar, que ha dejado de disfrutar como antes a sus hijos, me niego a enseñarles a mis hijos a vivir así, me niego a enseñarles a DISFRUTAR estar enojados. ME NIEGO.
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