LAS HORMONAS
Ayer en la noche, como todos los martes me reuní con mis amigas a tomar un cafesito. En realidad nadie toma café, nos juntamos a cenar, chismear y de vez en cuando si alguna llega estresada se pide una cerveza o copa de vino, en fin girl´s night.
Ayer sucedió algo raro, llegamos todas con una vibra rara, sobra decir que yo de por si ando con una vibra rara (por no decir un genio de la chingada), pero las demás también llegaron un poco estresadas. Dos de ellas tenían la regla, así que eso ayuda, a otra la habían dejado plantada en una cita y la otra llevaba días trabajando como loca.
Así que no les quiero contar como fue el café de ayer, las mujeres de verdad somos un ente medio extraño, teníamos ganas de vernos y nomás nos juntamos y empezamos a decirnos cositas de manera sutil pero con toda la saña, ¿saben a lo que me refiero?. Lo bueno es que todas entendimos que andábamos raritas y la verdad es que aguantamos vara, pero es que nunca había sentido tal explosión de hormonas femeninas.
La pobre mesera se acercó una vez a la mesa y como que lo sintió porque se dió medio vuelta sin tomarnos el pedido, hasta que le hablamos porque nadie nos atendía y cuando llegó traímos unas caras que me dio pena y le comenté lo que nos pasaba. Se atacaba de la risa y ya nos atendió super bien toda la noche.
Y últimamente he hecho cosas que nunca había hecho, justo anoche una de mis amigas estaba platicando conmigo y le pregunté sobre un viaje que acaba de hacer con sus papás, hermana, cuñado y sobrinos a Orlando, un viaje a Disney. Sólo le pregunté si había ido a cenar a "x" restaurante y me pregunta: "¿Quiéres que te cuente mi viaje?". En cualquier otro momento hubiera yo contestado: "Sí, claro" (solo por quedar bien), pero ayer le digo muy quitada de la pena: "No, no gracias". Le hubieran visto la cara, ay, pobre de mi amiga, ¿qué culpa tiene ella de que yo no tenga ganas de nada?. Pero bueno, ¿a fuerza tengo que oír todo su viaje?
Híjole, no sé si me estoy volviendo una perra o nada más estoy definiendo mis límites.
Hombres del mundo: ¡Gracias por aguantarnos!
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...¡¿Hay alguien ahí?!