EL VIRUS
Amigos, amigas, familiares... tengo algo muy serio que decirles... sé que este medio no es el óptimo, pero la verdad es que no me atrevo a darles la cara a todos y cada uno de ustedes...
Me he enfermado... y creo que he enfermado a mi marido también... bueno, en realidad no sabemos bien quién ha contraído primero esta penosa enfermedad... pudo haber sido cualquiera de nosotros dos... de hecho, ahora que lo pienso, por nuestro pasado estilo de vida, seguro fue Gerardo quien me lo ha contagiado a mí... pero no deben culparlo, nunca nos imaginamos que algo así nos podía pasar a nosotros, no cuidamos siempre que algo así no sucediera, pero uno no tiene la seguridad comprada y pues aquí me encuentro, confesando esta horrible verdad...
Nuestros síntomas empezaron meses atrás, el primero en observar síntomas fue Gerardo, no pasaba una semana sin que sintiera algo raro... yo no lo podía entender. Después cuando fuimos de vacaciones navideñas a Hermosillo, me di cuenta que a mí me estaba pasando exactamente lo mismo que a él meses antes. La verdad es que no lo quería ver, estaba negando la realidad, pensando que tal vez era el clima, las fechas navideñas que imponen algo de presión a todo el mundo... pero no... temo decirles que no fue así....
De regreso a Cancún pensé que todo cambiaría, aún estaba negando la realidad, pero dentro de mí, muy dentro de mí sabía que esto no se iba a ir por si sólo, que esto era grave...
Todo empezó muy inocentemente, salí esa noche con mis amigas y sin darme cuenta los síntomas otra vez... comencé a llorar pensando en mi familia, en lo que había dejado atrás hacía tantos años, ya no quería estar lejos de ellos otra vez. Esa noche no me sentí bien, vomité un poco en el lugar en donde estábamos y me dí cuenta que tenía que regresar a mi casa. Al acostarme en la cama me sentí fatal, todo me daba vueltas, no podía ni moverme. Este maldito virus.
Todo ese fin de semana fue igual. Casi no pude dormir, Gerardo tampoco, nos acostamos varias veces a las 7am, al salir el sol, no lo podíamos creer. Esta enfermedad nos estaba cambiando demasiado rápido.
En la semana que siguió no sentí nada raro, todo parecía haber vuelto a la normalidad (aunque en mi interior sabía que eso no era posible, una vez que te contagias de esto, no hay cura, por lo menos conocida hasta ahora); vivimos al menos esa semana llenos de paz pensando que tal vez la vida podría ser normal para nosotros si nos cuidábamos.
Pero este fin de semana otra vez los síntomas. Hormigueos por el cuerpo, no se los puedo explicar y espero sinceramente que NUNCA me entiendan por lo que estamos pasando. Me dí cuenta que esto era en serio el viernes. Nos invitaron a un baby shower y después a una despedida al Carlos and Charlie´s, pensé que no lo iba a aguantar, pero intenté olvidarme un poco de mí misma y festejar con mis amigos. Estuve bailando un rato, me tomé una yarda de cerveza (la primera en mi vida) y otra cerveza más. Y quería que esa noche no se acabara nunca porque me sentía muy bien. Continuamos la fiesta en el Néctar y aún ahí pensé que la vida podía ser siempre así. Estaba feliz por primera vez en mucho tiempo.
Ya para el sábado me di cuenta de lo que esta enfermedad le puede hacer al cuerpo. No podía conmigo misma, me dolía la cabeza, me sentía mareada, no articulaba bien las palabras. Aún así comí como si nada con mis suegros y después nos tomamos una siesta. Más tarde tuvimos una cena con Carlos e Isabel y otro par de amigos. Yo no podía estar al 100%. Pensaba todo el tiempo en cómo iba a solucionar mi problema. Gerardo y yo casi no podíamos hablar al respecto, nos daba vergüenza. Esa noche nos dormimos temprano. Estábamos cansados.
Hasta que por fin el domingo Gerardo y yo nos armamos de valor y empezamos a tocar por encimita el tema. Nos reconfortábamos el uno al otro, diciendo que pese a esto estaríamos juntos, nos apoyaríamos, saldríamos de esto uno al lado del otro como nos lo prometimos en el altar 7 años atrás. Esto me tranquilizó, pero aún así tengo que decirles que tengo miedo de esta bestia que siento dentro de mí. No sé los alcances que esto pueda tener en mi vida... tengo que serles sincera, tengo miedo.
Amigos y familiares, gente que me ha conocido y me ha querido por tantos años, se los agradezco y espero que esto no cambie su percepción de Gerardo ni de mí, como personas de bien y amorosas. Esto es algo que le puede pasar a cualquiera, sólo les pido que se cuiden mucho y cuiden a sus parejas también. Tengo que decirles lo que tanto trabajo me ha costado, tal vez porque sienta que si lo escribo no hay marcha atrás, pero quiero que sepan que vamos a luchar contra esto con todas nuestras fuerzas, no nos podemos dejar vencer, aunque a veces flaquearemos, de eso no hay duda, vamos a intentar llevar una vida plena y de bien como hasta ahora lo hemos hecho a pesar de esta maldita enfermedad. Ya, no se preocupen, no llores mamá, todo va a estar bien.
Tengo que decirles, por fin, cuál es nuestra situación, sin pelos en la lengua, sin endulzarles la realidad.
HEMOS ENFERMADO DE........ GUASANGAAAAA!!!! (para aquellos que no sepan FIESTA!)
ESTAMOS ENFIESTADOS!!!! NO PODEMOS PARAR!!!! jajajaaaa
PD. Perdón si alguien se asustó!
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