TRAUMATIZADOR

Todas en nuestras vidas hemos tenido un hombre al que, sin lugar a dudas debemos llamar “El Traumatizador”, ese personaje que, aunque tiene todas las señales de que no nos le debemos acercar, es tan encantador que terminamos en sus brazos cada fin de semana (si no es que más noches) aunque les hayamos prometido a nuestras amigas y a nosotras mismas que nunca más.

Pero aunque hayamos tenido de esos amores dramáticos un par de veces “el traumatizador” es especial, es único e irrepetible (a menos que tengas un graaave problema de autoestima o te guste en serio el sado-masoquismo), tiene características distintas a cualquier hombre y, generalmente tu “traumatizador” puede ser el príncipe azul de otra mujer.

Seguro ya tienen en mente algún nombre, ¿verdad?... bueno, para aquellas que aún no han entendido el término, aquí les damos algunas características del “traumatizador” y OJO, si están en una relación con algún personaje así, POR FAVOR, CRÉANME, ¡CORREN PELIGRO!.

1. Nos vuelve locas, nos encanta, el sexo con él es increíble.
2. Pensamos que es perfecto para nosotras, pero tiene un serio problema de intimidad, o es casado o tiene novia.
3. Al principio de la relación todo parece una aventura emocionante y nada más.
4. Nos promete la luna y las estrellas, que dejará a su novia, esposa y que sólo quiere estar con nosotras.
5. Al pasar el tiempo, al ver que nada cambia, empezamos a ser desconfiadas.
6. Todo el tiempo juega con nuestra cabeza y eso empieza a resultar en un grave problema de autoestima, pensamos que no somos lo suficientemente buenas, guapas, flacas, inteligentes, etc.
7. Podemos llegar a seguirlo, llamarle a todas horas y nos volvemos paranoicas.
8. Cuando no nos llama juramos por nuestras bolsas y zapatos que no le vamos a contestar cuando lo haga y que esa será noche de “viejas”, pero en el momento que suena nuestro celular corremos a cambiarnos de ropa interior y a depilarnos las piernas.
9. Olvidamos a nuestras amigas, amigos, parientes, compromisos, TODO. Ponemos nuestra vida en espera de su llamada o visita.
10. Sus llamadas generalmente son a horas extrañas (si está comprometido con alguien más), y aún estemos dormidas nos vestimos para verlo.
11. De tanta angustia emocional que nos produce nos ponemos flacas y ojerosas.
12. Así como nos puede hacer llorar a mares, de repente tiene detalles que nos pueden derretir y esos 5 minutos de dulzura son los que nos hacen regresar a él.
13. La gente que tenemos alrededor nuestro, que nos quiere y nos conoce, constantemente nos dice que debemos terminar esa relación y que somos demasiado buenos partidos para ese hombre y por supuesto aunque lo sabemos no nos importa.
14. Es una relación que nos mantiene alteradas, estresadas, inseguras, cansadas emocional y mentalmente; casi nunca estamos felices al 100%.
15. Casi nunca podemos entender su manera de pensar o de actuar, nos desestabiliza, por más que utilicemos cada “arma” femenina pasada de generación a generación, ni el tip más exitoso de nuestras abuelas funciona con él, parece ser inmune.
16. Aunque intentemos salir con alguien más, para que nos vea (generalmente), nunca disfrutamos la cita por estarlo “checando” o pensando en que ojalá entrara por esa puerta y nos viera.
17. Sentimos que no podemos deshacernos de él, cuando empezamos a salir en serio con alguien más, de repente nos llama borrachísimo, casi llorando, y nos dice que nos ama, nos extraña y que ahora sí ya no puede más y ha decidido estar con nosotras al 100%.
18. Por supuesto caemos en la trampa y en menos de lo que digo “Gucci” ya regresó a su vida normal y nosotras ya estamos otra vez en sus garras.
19. Esta relación (por no decirle tortura) puede durar meses, hasta años, y nunca cambia, se les puede decir que son más resbaladizos que un pescado enjabonado.
20. Ellos nunca terminarán con nosotras porque, básicamente, somos su “diversión” y aunque puede existir la posibilidad de que en verdad nos quieran, simplemente no tienen las agallas de dejar todo por nosotras (como nosotras hacemos con él).
21. No hay manera, créannos, no hay manera de que esta relación pueda acabar bien, lo único bueno que puede suceder es que al fin podamos salir a tomar oxígeno y ya no caigamos en sus trampas otra vez, de una vez y para siempre.
22. Se necesita de una gran fuerza de voluntad para no levantar el celular cuando nos llama, una vez que hemos decidido terminar EN SERIO con él, pero no hablo de la fuerza de voluntad que usamos para ir al gimnasio, esta fuerza de voluntad debe salir del estómago, de la necesidad real y palpable de sobrevivir.

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