ADIOS

Hoy te vas. Te llevan en contra de mi voluntad. Pero es que al parecer ya no puedes estar más con nosotros. Dice Gerardo que ya no cabes, ya no hay más espacio para ti, por lo menos en este departamento.

Todo empezó en 2001, te ví ahí en esa tienda, rodeada de muchas otras como tú y te toqué, te sentí mullida y suave y ahí decidí que te quería para nosotros.

En ese momento todo se sentía nuevo, emocionante, te compré tu ropa, la más linda y blanca que encontré, te acomodamos Gerardo y yo en nuestro cuarto y esa primera noche que pasamos juntos fue fantástica, tuve toda clase de sueños y durante casi 7 años me diste todo el comfort que alguien como tú me ha podido dar.

En las mañanas fuiste lo primero que ví y en las noches lo último de lo que me acuerdo, siempre conmigo en las buenas y en las malas. Escuchaste nuestras peleas, nuestras reconciliaciones, todos nuestros secretos.

Después de bañarme siempre te vestía de lo más linda, te estiraba muy apretadas tus arruguitas para que no se vieran, siempre estuviste perfectamente presentable porque ya sabes que tengo un poco de aprehensión por tenerte siempre bien vestida y hasta perfumada.

Ahí, contigo, consumamos a nuestro bebé que nunca tuvimos la oportunidad de ver. Tengo el recuerdo clarísimo en mi cabeza. Y estuviste ahí cuando lloramos abrazados su pérdida. Fuiste nuestra amiga, confidente, nuestro pequeño lugar de descanso y donde siempre hemos podido ser nosotros mismos.

Y hoy te vas querida amiga, sé que por más ridículo que suene, me da tristeza, nostalgia y siento unas pocas ganas de llorar.

Y hoy en la noche tendré que acostumbrarme a tu reemplazo, es un poco más grande y alta de lo que eres tú, muchos dicen que es más cómoda, y tal vez lo sea pero no deja de ser una extraña para mí.

Pero no te preocupes, te guardaremos en un lugar seguro, para que, el día que sienta nostalgia pueda ir a por ti. No te preocupes, estaremos bien.

Y esta noche, cuando me acueste a dormir en mi nueva cama, mi última oración será para ti.